Carlos Amigo Vallejo, 2009.
"El aspecto teológico pastoral y el práctico no pueden separarse, -ha dicho Benedicto XVI - si se quiere acceder al misterio de comunión del que la parroquia está llamada a ser cada vez más signo e instrumento de actuación" (Asamblea del Consejo de
laicos 22-9-06).
Id y anunciad el Evangelio en obras y en palabras. Esta es nuestra misión permanente e ineludible. Para llevarla a cabo, nos valemos de distintas acciones, que respondan a lo que puedan necesitar los hombres y mujeres de nuestro tiempo para vivir según el Evangelio. Todo ello es lo que llamamos el plan pastoral, que no es otra cosa
que definir los puntos de reflexión y las líneas operativas que queremos seguir.
De la revisión efectuada en nuestras vicarías y arciprestazgos, acerca del Plan pastoral 2004-2008, hemos sacado las siguientes conclusiones: Es necesario continuar prestando atención al Plan pastoral anterior (2004-2008), en tres aspectos: Comunión para la misión, formación del laicado y de los agentes de pastoral y la evangelización.
Plantear las respuestas a los desafíos con que la Iglesia se encuentra hoy: laicismo, secularismo, descenso de la practica religiosa, crisis matrimonial, abandono de los
jóvenes...
Como objetivo central para el período 2009-2013 se propone el siguiente: La
parroquia, casa de la familia cristiana. La reflexión se ha de centrar en la parroquia como modelo teológico, comunidad eclesial, ministerio pastoral, realidad humana y social. La parroquia tiene que ser escuela de la Palabra y de la fe, comunidad que celebra los sacramentos, espacio privilegiado para la caridad, y experiencia viva de conversión, testimonio y misión.
La Parroquia, casa de la familia cristiana
Las acciones concretas que podían llevarse a cabo, serán propuestas por las
distintas Delegaciones diocesanas, teniendo en cuenta las aportaciones ya enviadas por las vicarías y los arciprestazgos de la Diócesis.
Se trata de fortalecer y organizar la vida comunitaria de la parroquia,
centrada en la Eucaristía, en la espiritualidad de comunión, en una formación cristiana completa para asumir la misión evangelizadora a la que nuestra Iglesia diocesana debe responder en estos momentos.
Como acaba de decirnos Benedicto XVI, en la encíclica Caritas in veritate, "la Iglesia, estando al servicio de Dios, está al servicio del mundo en términos de amor y
verdad. (...)
Toda la Iglesia, en todo su ser y obrar, cuando anuncia, celebra y actúa en la caridad, tiende a promover el desarrollo integral del hombre" (n. 12). En cualquiera de nuestras acciones pastorales nunca se puede olvidar la dimensión trascendente.